TEMAS DE HOY:

|

Murió Lita Boitano, histórica luchadora por los Derechos Humanos

Era presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. La última dictadura secuestró a sus dos hijos y la forzó al exilio.

Jueves, 06 de junio de 2024 a las 09 31,

Por Matías Danura

Jueves, 06 de junio de 2024 a las 09 31,

Este jueves, a los 92 años, falleció Angela Catalina Paolín, más conocida como Lita Boitano, presidenta de la organización Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y una de la máximas exponentes de la lucha por los Derechos Humanos. Su salud se complicó a causa de un cuadro respiratorio por la que se encontraba internada en el Hospital Italiano.

Lita nació en Buenos Aires el 20 de julio de 1931, estuvo exiliada durante cuatro años luego de la desaparición de sus dos hijos, Miguel y Adriana, en 1976 y 1977. A pesar de eso, nunca perdió su alegría y su sonrisa característica. En vida, fue reconocida como una "hada madrina feminista" que inspiró a varias generaciones.

 Angela Catalina Paolín, se casó con Miguel Boitano a los 20 años . En 1952 nació su primera hija, Adriana Silvia, y en 1956 su hijo Miguel Ángel. En 1968, con 37 años, quedó viuda.

"Algunos me preguntan por qué estoy siempre sonriendo, y bueno… porque amo la vida y porque creo que ayuda mucho a la lucha no tener odios, no tener rencores, pero sí tener los ojos bien abiertos", declaró hace algún tiempo la eterna luchadora para hacer presentes a los desaparecidos.

Su militancia comenzó con la búsqueda de sus hijos. La dictadura cívico-militar secuestro primero a Miguel, que tenía 20 años, estudiaba arquitectura y militaba en la Juventud Universitaria Peronista. Como si fuera poco, menos de un años después, un auto metió en el asiento trasero a su hija y se la llevó. Adriana, estudiante de Letras, también ofrecía su militancia a la JUP.

El 8 de marzo de 1984 marchó frente al Congreso por el Día de la Mujer y junto a otras compañeras viajó al primer Encuentro de Mujeres. También se vinculó a la lucha de la Comunidad Homosexual Argentina, que empezaba a reunirse en la sede de Familiares.

Quién era Lita Boitano

Angela Catalina Paolín, nació el 20 de julio de 1931 en Buenos Aires. No conoció a su padre biológico, su madre, había llegado embarazada desde el Véneto y, una vez radicada en esta tierras, formó pareja con Emilio, un albañil laburador que ejerció el rol paterno.

Desde joven simpatizó con el peronismo. Cursó sus estudios en el comercial Antonio Bermejo y creció en el Pasaje Bernasconi de Caballito, lugar que era frecuentado, entre otros, por el periodista Rodolfo Walsh.

A los 20 años se casó con Miguel Boitano y el 19 de diciembre de 1952 dio a luz a su primera hija, Adriana Silvia Boitano en el sanatorio Anchorena. El 1 de enero de 1956 nació Miguel Boitano. En 1968, a los 37 años, Lita quedó viuda.

Adriana cursó Letras y Migue, Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde los dos se relacionaron con la militancia en la Juventud Universitaria Peronista (JUP).

La dictadura se llevó a Miguel el 29 de mayo de 1976. Lita le avisó a Adriana por carta que Migue estaba desaparecido. Ella estaba casada y vivía en Brasil. Después de una visita de su mamá y de su cuñada, decidió volver con ellas a Buenos Aires. Las tres vivieron en un hotel hasta que lograron alquilar un departamento en Villa Devoto.

El 24 de abril de 1977 fue a misa con Adriana. Su hija tenía una cita. Lita le dijo que iba a acompañarla. La secuestraron frente a los ojos de Lita a pocos metros de Plaza Irlanda.

Fue la desaparición de sus hijos lo que la empujó a la lucha por los derechos humanos y la fe de encontrarlos lo que le dio fuerzas para nunca abandonar su búsqueda ni la del resto de los familiares.

Adriana, estuvo exiliada durante 4 años en México y varios países europeos. Retornó a la Argentina con la democracia y lo primero que hizo fue encontrarse con sus compañeros y compañeras de Familiares, su espacio de pertenencia todos estos años. 

Con el brazo en alto y los dedos en V, con las fotos de Adriana y Miguel prendidas al pecho, su sonrisa y el pañuelo verde atado en la muñeca, Lita se convirtió en una de esas caras reconocibles en las manifestaciones, en las plazas repletas por las luchas feministas y en las mesas redondas de las universidades.

Últimas noticias